La importancia que ha cobrado el contenido en los últimos años (recordemos si no el ya archiconocido lema “Content is King”) ha propiciado el crecimiento del Content Marketing casi como una disciplina propia, a diferencia de sus otras “hermanas”. Sin embargo, no se puede considerar al Marketing de Contenidos como una filosofía totalmente independiente.
En muchas ocasiones nos encontramos leyendo un artículo o un post en el que se menciona el término “Inbound Marketing” como sinónimo o cuasi-sinónimo de Marketing de Contenidos, un concepto que engloba prácticas más concretas y conocidas por todos. Pero, ¿son realmente equivalentes?
La culpa de la confusión entre ambas disciplinas tiene mucho que ver con las similitudes que presentan entre ellas. De hecho, el Content Marketing o Marketing de Contenidos forma parte de las estrategias de Inbound Marketing: es decir, se trata de una rama del mismo.
¿En qué consiste el marketing de contenidos?
1. En conocer a nuestros clientes.
2. En Saber perfectamente qué necesitan y cuándo lo necesitan.
3. En encontrar la forma más adecuada y satisfactoria de ofrecérselo y cubrir sus necesidades.
4. Se utiliza, fundamentalmente, con el objetivo de establecer una relación duradera con el cliente. En otras palabras, fidelizarlo a través de un proceso de compra (denominado Funnel de Ventas) y conseguir su compromiso con nuestra marca.
Pero, ¿qué necesitan nuestros clientes y cómo podemos encontrar el mejor modo de dárselo?
Para poder responder a esta pregunta, en primer lugar, debemos saber en qué estado del proceso de compra (en inglés, “Funnel de Ventas”) se encuentra nuestro usuario.
- Si se encuentra en el estado de descubrimiento de nuestra marca o producto (Top of the Funnel) requerirá una serie de contenidos que le ayuden a identificar su problema o necesidad, antes de buscar una solución. Para ello, los contenidos informativos son los más adecuados: guías, E-books, infografías… Información pura y dura, presentada en cualquier tipo de formato.
- Si el usuario está ya en el estado de consideración (Middle of the Funnel) ya sabrá cuál es exactamente su necesidad y ahora buscará formas de subsanarla, es decir, necesitará un servicio que consiga satisfacer sus exigencias. Para esto, lo más adecuado son contenidos con información más concreta y específica sobre un tema en particular (tutoriales, cursos, posts específicos…)
- Llegamos al último estado, el estado de decisión (Bottom of the Funnel). El usuario ya ha contemplado todo el abanico de opciones y posibilidades que se le ofrecen y selecciona una de ellas. Para asegurarte de ser la opción ganadora en la decisión del cliente, utiliza contenido ejemplar, es decir, casos de estudio, demos de producto, ejemplos de buenas prácticas… Todo lo que pueda ayudar a demostrar la calidad y efectividad de tu marca frente a otras.
Después de tomar una decisión, el cliente adquirirá nuestro producto —punto clave en el que deberemos ofrecerle un adecuado servicio de atención al cliente, entre otros— y, si queda satisfecho, conseguiremos fidelizarlo: esto puede dar como resultado desde una subscripción a una newsletter, a nuevas compra en el futuro o a recomendaciones en redes sociales.
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Si bien el Funnel de Ventas forma parte de la terminología de Inbound Marketing, tanto el contenido creado y el formato elegido para distribuirlo, así como el momento preciso en el que lo hacemos y el perfil de usuario a quién se lo ofrecemos es de lo que se ocupa el Marketing de Contenidos.
Dos prácticas unidas, pero no iguales: El Inbound necesita del Marketing de Contenidos tanto como este del primero. No podría existir el Inbound Marketing sin los contenidos de los que se nutre, así como tampoco el Marketing de Contenidos tendría demasiado sentido sin el objetivo final marcado por la estrategia Inbound: atraer y fidelizar usuarios finales para que elijan nuestra marca.
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